martes, 10 de abril de 2007

El asaltante

Así se llama la película de Pablo Fendrik (67') que ayer debutó en el BAFICI, su primera película, y que es, sin lugar a dudas, algo del mejor material argentino en el festival. Thiller en tiempo real (dentro de los límites que aceptamos como tiempo real) sobre un hombre que entra a robar a una escuela privada y su acelerada carrera por la ruidosa capital, por primera vez un acierto en el folleto, un "raid" furioso que la cámara sigue hasta quedarse sin aliento, a pocos milimetros de la mente inescrutable del perpetrador, en secuencias de larga duración y alta adrenalina. La tensión se construye casi sin elementos, basada absolutamente en el movimiento perpetuo y acelerado de un brillantísimo Arturo Goetz, me da miedo no decir "genial", y su aventura. Cierta escena en una plaza, se nos presenta casi como una burla a nuestra sensación de tensión extrema mientras seguimos a este criminal enigmático, presentida por el director que se presenta con calma y seguridad a una película o a una ronda de preguntas, como ocurrió en la función del martes, donde con gracia y sequedad le hizo frente a una masa amenazante de preguntas tontas.

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